HACIA UNA TINTA PARA TATUAJES MODERNA

Siglos más tarde, los romanos, que también utilizaban estas tintas, innovaron la producción mediante la extracción de la tinta de los calamares. Ellos descubrieron que si determinadas especies marinas como los calamares o los pulpos se sentían amenazados, naturalmente expulsaban un líquido oscuro y espeso. La curiosidad los llevó a intentar utilizarlos para escribir, descubriendo así que podían obtener tintas desde estos animales. Ese líquido marrón y oscuro fue llamado sepia.
Pero no fue hasta hace aproximadamente 1000 años atrás que se descubrió lo más cercano a lo que conocemos hoy como tinta para tatuajes. Se trató de una tinta elaborada a partir de la agalla producida por árboles de roble. Los insectos dejaban sus huevos allí, en la encina y las ramas de los robles, la agalla que se formaba en los robles tenía altos contenidos de un químico llamado tanino, el cual se mezclaba con otros elementos químicos naturales y daba lugar a una sustancia capaz de utilizarse como tinta a la perfección.
A lo largo de toda la Edad Media, esta tinta se empleó por cientos de miles de escritores y luego de varias modificaciones, junto con el avance de la tecnología y el desarrollo científico, se crearon algunas de las primeras tintas modernas, muy similares a las que hoy utilizamos. Actualmente, existe una amplísima variedad de tintas para tatuajes, la enorme mayoría, si se emplea en un tatuaje de forma adecuada, no implica peligro alguno para la salud.
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